sábado, 23 de abril de 2011

78. MI HIJO NACIÓ DOS VECES

Mi hijo nació dos veces. Una cuando su madre biológica lo trajo a la vida, otra cuando llegó a nosotros casi con 6 años. Llevamos 7 años realizando terapias con sus tiempos de descanso, que todo es necesario.
Después de un año de trabajar con él desde pedagogía y psicomotricidad que eran mi especialidad en aquel momento entré en el mundo de las “Terapias Alternativas”.

Empezamos con Integración Sensorial. Era un niño con muchos déficits sensoriales. Empezó en el CEI Barcelona y luego pasó a trabajar en el CEI Valencia. Su cambio fue espectacular. Empezamos en el mes de julio y en septiembre, que nos esperaban con una adaptación curricular significativa, se quedaron sorprendidos. Pero aún nos quedaba mucho por hacer. Han sido años de trabajar en Integración Sensorial. En la vida de cada niño necesitado hay una terapia estrella, ésta ha sido la de mi hijo. Ahora hace muchos años que se le dio el alta. Las mejoras desde Integración Sensorial yo las resumiría en una palabra: organización. Organización corporal, temporal, espacial, conductual y, como consecuencia, también emocional.

Pero en este camino también hemos conocido y realizado otras terapias: Tomatis en ECORA, hubo un cambio en la disminución de la actividad, en la toma de conciencia, sobre todo emocionalmente el cambio fue importante.

Hemos hecho Dieta, tal vez es donde menos hayamos visto, a pesar de tener un alto grado de mercurio y otros metales pesados. Tuvimos que abandonar por sus demandas. Algo que queda pendiente.

Llevamos haciendo Terapia Visual durante muchos años (tiene un problema visual importante) primero en Óptica Castro donde recuperó mucha visión. Desde hace un año y medio en Óptica Alcocer acudimos a terapia, también hemos realizado syntonics con Milva y Yolanda en Óptica Gonzalo. Ahora lee bastante bien y es capaz de saber cuando desvía su ojo y porque se equivoca al copiar. Empieza a tener conciencia de la visión tridimensional, pero queda el trabajo más duro.

Hemos realizado TMR (Terapia de Movimientos Rítmicos) siendo valorado, primero por Harald Blomberg y después por Eva Rodríguez. También vimos avances, pero nos ha cogido en una mala época, la preadolescencia, y hemos tenido que parar el trabajo en casa para preservar la relación entre nosotros que ahora tiene prioridad.

Hemos realizado Reeducación Auditiva Berard en el CEI Valencia, la primera vez no vimos mucho. Volvimos a intentarlo dos veces más y vimos grandes avances en satisfacción personal y en la escuela, sobretodo en matemáticas.

Durante este tiempo también nos ha acompañado la Osteopatía, a la que regularmente asistimos para ajustar los desequilibrios que van surgiendo. Cada vez las visitas son más espaciadas, buena señal.

También nos ha acompañado la Homeopatía (en sus diferentes variantes) de la que soy gran defensora porque la utilizo desde que yo era muy joven. Mis hijos han crecido con su ayuda recurriendo a medicamentos más agresivos sólo cuando realmente era necesario. Ellos se sorprenden de por qué no se enferman como el resto de sus compañeros.

Quisimos iniciar Terapia Padovan en el CEI Valencia que sabemos que la necesita, pero la adolescencia es mala época. Esperaremos,..

También hemos tirado mano de otro tipo de terapias menos “alternativas” como ahora la neuropsicología. Pero ésta sin el trabajo previo realizado no hubiera sido tan fructífera como está siendo.

Él sigue siendo un niño al que le cuesta entender el mundo, pero es altamente funcional, con una inteligencia emocional muy alta. Como madre preocupada, a veces me parece que todo va a ir de maravilla, otras que nos queda mucho camino por labrar. Pero pienso que aún se pueden hacer muchas cosas y sobre todo que él ha aprendido que dentro hay un potencial que está luchado por salir y que con su esfuerzo y la ayuda de determinadas personas ese potencial puede encontrar el camino. Espero que esto le sirva para la vida y le ayude a ser feliz.

En estos momentos él decide que hacemos y aunque sé que hay otras terapias que le pueden ayudar mejor, debo respetar sus decisiones, ya que tiene una edad en la que la toma de conciencia y el respeto por su opinión creo que es necesaria.

No he querido nombrar a las personas que nos han ayudado en el camino, para no dejarme a nadie. Pero estoy inmensamente agradecida a todas ellas, por su preocupación y dedicación a mi hijo y a todos estos niños que pasan del “ya madurará” al “ya no se puede hacer nada”.

Gracias.