Mi hijo Alvaro fue diagnosticado a los pocos días de nacer del síndrome Cornelia de Lange.
A los 18 meses decidimos llevarlo a INPA dado que iba muy retrasado y ni siquiera toleraba el ponerse boca a bajo. Allí nos explicaron el método PADOVAN.
A los 18 meses decidimos llevarlo a INPA dado que iba muy retrasado y ni siquiera toleraba el ponerse boca a bajo. Allí nos explicaron el método PADOVAN.
Después de cinco meses de tratamiento, el niño rastrea, gatea, escala y quiere dar sus primeros pasitos con ayuda. Neurologicamente hablando lo veo cada día más despìerto y evoluciona día a día, demostrando gran interés por las cosas.
En INPA hay buenos profesionales que trabajan con interés, seriedad y cariño. Yo personalmente estoy muy tranquila ya que las indicaciones que recibo están llenas de sentido común que me ayudan a hacer bien las cosas con Álvaro.
Laura (Madrid)